Tras unos cuantos meses insistiendo, mi novio consiguió que le pintará estas cartas (o tarjetas como yo las llamaba entonces). Había empezado a jugar un mazo nuevo y el dibujo de las cartas originales no le gustaba nada. Así que fuimos a comprar unos pinceles y unas pinturitas y tras dar unas pocas vueltas a las ideas que se nos ocurrían, pensamos que ya que la carta pone un bicho en juego, que mejor que los pokemon. Y esto es lo que salió.